Superar una ruptura no es cuestión de tiempo (y por eso sigues atascada)

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Patricia Diez Diez

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El tiempo lo cura todo.

 

Cuántas veces te han dicho esto, ¿verdad?

 

Y al principio lo creíste.

 

Pensaste que con el paso de los días, las semanas o incluso los meses, el dolor se iría. Que un día te levantarías y, como por arte de magia, dejaría de doler.

 

Pero el tiempo pasó… y aquí estás.

 

Sigues pensando en esa persona.


Sigues preguntándote “¿y si…?”

Sigues atrapada en el mismo bucle de recuerdos y emociones.

La realidad es que superar una ruptura no es cuestión de tiempo. 

 

Si lo fuera, todas las personas que terminaron una relación hace tiempo ya habrían sanado. Y sabemos que no siempre es así. ¿Por qué? Pues no es porque ese amor fuera más grande. No es porque la historia fuera más especial. Es porque no hicieron nada distinto con su dolor.

 

 

Y puede que tú estés cayendo en estas trampas sin darte cuenta:

 1. Sigues esperando a que el dolor desaparezca por sí solo

 

Es como estar en una habitación oscura esperando a que alguien encienda la luz.

 

Pero la luz no se va a encender sola. Tienes que levantarte y hacerlo tú. Por muy moderna que sea la luz, vas a tener que hacer algo para que se encienda, aunque sea aplaudir.

 

Cada día que pasas esperando “sentirte mejor”, cada semana que dejas pasar confiando en que el dolor se diluya solo, es una semana más en el que sigues atrapada en la sombra de lo que fue.

 

Piensa en alguien que se queda mirando su móvil, esperando un mensaje que nunca llega. Los días pasan, y sigue sin poder soltar porque en el fondo aún espera una señal.

 

Ahora piensa en alguien que, en vez de esperar, decide tomar las riendas de su vida. Cambia su rutina, deja de mirar el teléfono, se enfoca en sí misma.

 

¿Quién de las dos crees que va a sanar antes?

 

El tiempo no hace el trabajo. Lo haces tú.

 


 

  2. Crees que el dolor significa que él era “el amor de tu vida”

 

Aquí hay un error muy común: creer que si te sigue doliendo, es porque él era especial (y no habrá nunca nadie como él).

 

Pero el dolor no es una prueba de amor, es solo una señal de que todavía no has soltado.

 

Imagínate que llevas un anillo ajustado en el dedo durante años. Un día te lo quitas y, aunque el anillo ya no está, sigue dejándote la marca. Durante un tiempo, sientes esa sensación de que falta algo en tu mano. Pero eso no significa que debas volver a ponerte el anillo. Solo significa que tu piel necesita tiempo para recuperar su forma y su color.

 

Y tu corazón también.

 

No confundas la incomodidad de la ausencia con la prueba de que “era la persona indicada”.

 


 

3. No te das cuenta de que sigues enganchada

 

Si él hoy te escribiera, ¿te removería todo por dentro?

Si alguien menciona su nombre, ¿te cambia el humor?

Si ves una foto suya, ¿sientes un nudo en el estómago?

 

Si la respuesta es sí, entonces probablemente sigues atada a él. Es como si hubieras dejado de beber café, pero todavía sostienes la taza vacía en la mano con los posos dentro.

 

Si sigues revisando su vida, analizando cada cosa que publica o esperando indirectas, el tiempo no puede hacer su trabajo.

 

Conozco a una mujer que terminó una relación hace dos años. Ya no habla con su ex, pero cada vez que lo ve conectado en WhatsApp (porque lo cotillea), su corazón se acelera. Cada vez que alguien menciona su nombre, siente un nudo en el estómago.

 

Han pasado dos años. Pero en su mente, la historia sigue viva.

 

Porque aunque su ex ya no está en su vida, ella sigue alimentando su presencia en su cabeza.

 

Y hasta que no dejes de alimentar el recuerdo, el pasado seguirá vivo dentro de ti.

 

Por eso, no basta con que pase el tiempo. Tienes que tomar decisiones que realmente te ayuden a avanzar.

 


  

4. Sigues esperando un cierre

 

A veces no es la persona lo que nos tiene atadas, sino la historia inconclusa.

Esperas una disculpa.
Esperas que algún día vuelva y te diga que se arrepiente.
Esperas entender por qué hizo lo que hizo.

Pero, ¿y si nunca pasa?

¿Qué harás?

¿Seguirás esperando más meses? ¿Más años?

 

Imagina que te quedas sentada en la estación de tren de tu ciudad, esperando a alguien que prometió llegar.

Los trenes pasan.

La gente se sube y se baja.

Y tú sigues ahí, esperando.

Llega la noche, y sigues esperando.

 

Y llega un momento en que te das cuenta: no es que él no haya vuelto… es que tú sigues esperando en el mismo andén de una estación vacía.

 

Los trenes pasan, las puertas se abren, la vida sigue moviéndose a tu alrededor.

Pero tú sigues ahí, como si él fuera el único tren que alguna vez podrá llevarte a donde quieres ir.

 

Hasta que un día levantas la mirada y te das cuenta de algo importante:

El cierre que buscas no está en que él vuelva.

 

El cierre sucede cuando decides salir de la estación y empezar a caminar en otra dirección.

 

Cuando dejas de mirar el reloj esperando que vuelva y, en su lugar, empiezas a caminar en una dirección que realmente sea tuya.

 

Porque lo que realmente te libera no es que él vuelva, sino que tú decidas avanzar.

Cómo usar el tiempo a tu favor y no en tu contra

El tiempo puede ayudartepero solo si lo usas bien.

 

Aquí tienes algunos pasos para hacer que el tiempo juegue a tu favor:

 

1️⃣ Dale dirección a tu dolor: No te conformes con “esperar a que pase”. Usa este tiempo para entender lo que sientes y procesarlo de manera saludable.

 

 

2️⃣ Rompe con los patrones de pensamiento que te mantienen enganchada: Cada vez que idealices a tu ex o pienses en “lo bueno que era”, recuerda también lo que no funcionaba.

 

 

3️⃣ Haz algo diferente: Si siempre repites las mismas rutinas, los mismos pensamientos y las mismas acciones… tu cerebro seguirá en el mismo lugar. Sal de la inercia.

 

 

4️⃣ Cambia lo que haces con tu entorno: Si sigues hablando de él todo el tiempo con tus amigas, refuerzas su presencia en tu vida. Establece un “periodo de desintoxicación” en el que no permitas que el tema ocupe tanto espacio.

 

 

5️⃣ Enfócate en construir, no en olvidar: No intentes “olvidarle”. Intenta construir una vida tan plena que, cuando pienses en él, ya no te duela.

 

 

 

6️⃣ No esperes sentirte bien para empezar a actuar como si ya estuvieras bien. A veces, experimentar lo que nos hace bien es lo que cambia nuestros pensamientos.

EJERCICIO: Cambia la forma en que usas tu tiempo

 

Si llevas meses sintiéndote igual, es hora de cambiar algo.

 

Haz este ejercicio:

 

1️⃣ Escribe una lista de todas las cosas que haces que te mantienen enganchada a tu ex.

Ejemplo: Revisar su perfil, pensar en lo que hizo, hablar de él con mis amigas, imaginar qué pasaría si volviéramos…

 

 

2️⃣ Haz una segunda lista con lo que podrías hacer en su lugar.

Ejemplo: Leer un libro que te apetezca, hacer ejercicios de fuerza, trabajar en un proyecto personal, conocer gente nueva…

 

 

3️⃣ Comprométete a cambiar una cosa cada día.

Hoy no reviso su perfil.

Mañana, en vez de hablar de él, hablo de algo que me motive.

Pasado mañana, en lugar de quedarme en casa repensando el tema por enésima vez, salgo a hacer algo.

Y así, cada día, eliges construir en lugar de quedarte atrapada.

 

No necesitas más tiempo. Necesitas más acción.

 

 

Porque superar una ruptura no es cuestión de esperar. Es cuestión de decidir soltar de verdad.

 

 

 

 Si necesitas ayuda para superar esta ruptura, puedes escribirme:

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