GUÍA: Cómo evitar que la felicidad de mi ex me afecte
Patricia Diez Diez

Has intentado seguir adelante, enfocarte en ti… pero entonces:
🔴 Tu ex aparece en redes sonriendo, viajando, de fiesta.
🔴 Te enteras de que tiene pareja nueva (y parece más feliz que nunca).
🔴 Alguien te cuenta que “le va genial”.
Y sientes un latigazo en el estómago. Rabia. Dolor. Comparación.
"¿Cómo puede estar tan bien, mientras yo sigo aquí procesando todo?"
"¿Por qué parece que me ha superado tan rápido?"
"¿Era yo el problema?"
Si esto te está pasando, no significa que no hayas avanzado. Solo significa que hay una parte de ti que todavía está enganchada a su historia.
Pero tranquila. Te voy a explicar por qué esto te duele y cómo liberarte de esa sensación:
1. Tu ex no es más feliz. Solo es más rápido en mostrarlo.
Lo primero que quiero que entiendas es esto: lo que ves no es la realidad, es su versión editada.
La gente no publica su dolor, publica su mejor ángulo.
Si su vida fuera una película, lo que tú estás viendo en redes es el tráiler, no la historia completa.
Imagínate que tienes un mal día en el trabajo, te sientes fatal, pero justo por la tarde sales a tomar algo con una amiga. Subes una foto riendo y, a los ojos de cualquiera, pareces la persona más feliz del mundo.
¿Esa foto refleja realmente cómo te sientes en el fondo? No.
Tu ex hace lo mismo. No sabes si realmente está feliz o si solo quiere parecerlo.
2. No es su felicidad lo que te duele. Es lo que significa para ti.
Si ver a tu ex bien te afecta, no tiene por qué significar que quieras que le vaya mal. Más bien, es porque su felicidad toca algo dentro de ti:
Si te afecta que tenga pareja nueva, quizá es porque sientes que eras reemplazable.
Si te duele que siga con su vida tan rápido, quizá es porque tú todavía estás en proceso.
Si te molesta que todo le salga bien, quizá es porque en el fondo sientes que la vida no ha sido justa contigo.
Pero la clave y con lo que debes quedarte es que su felicidad no es una amenaza para la tuya.
Si ahora estás en una etapa más difícil, eso no significa que vayas a quedarte ahí para siempre.
3. La metáfora de la corredora: cada uno tiene su propio ritmo
Imagina que estás corriendo una maratón y, de repente, ves a alguien adelantarte.
En ese momento piensas: “¿Cómo puede ir tan rápido?” Y sientes que tú vas demasiado lento.
Pero lo que no ves es que:
Quizás esa persona se preparó de otra manera.
Quizás lleva un ritmo que no podrá mantener.
Quizás está agotada por dentro, pero no lo muestra.
Cada quien corre su propia carrera. Tu camino no es más lento ni peor, es el que necesitas recorrer.
Si tu ex ha saltado a otra relación, ha cambiado de vida o parece "haber pasado página", eso no significa que esté mejor que tú. Solo significa que ha elegido otro ritmo (bueno o malo, no lo sabemos porque no estamos en su cabeza).
Porque la meta de la felicidad no se trata de quién llega primero, sino de quién realmente la construye desde dentro porque solo así podrá ser duradera.
4. Deja de espiarle: la trampa del autoengaño
Sé honesta contigo misma: ¿sigues revisando sus redes? ¿Preguntando por él? ¿Intentar coincidir?
Cada vez que lo haces, le das poder sobre ti.
Es como una herida que está cerrando y que tú misma abres una y otra vez para ver si aún duele.
Si realmente quieres avanzar, haz esto:
Pon distancia real. Bloquea si lo necesitas. No como un castigo, sino como un acto de autocuidado.
Si sientes ganas de mirar, pregúntate: "¿Qué espero encontrar?" Porque, sea lo que sea, no te va a dar paz.
Invierte esa energía en ti. Cada minuto que pasas espiándole, es un minuto que pierdes para construir la vida que sí quieres.
5. La metáfora del billete de lotería
Imagina que compras un billete de lotería con mucha ilusión. Durante meses, piensas en todo lo que harías si ganaras.
Pero el día del sorteo, te das cuenta de que no ha tocado.
Al principio, te sientes decepcionada. ¿Y si hubiera elegido otro número? ¿Y si lo hubiera comprado en otro lugar?
Pero después de un tiempo, dejas de pensar en ello. Porque la vida sigue.
Tu ex es ese billete que no salió premiado. No importa cuánto lo imaginaras, cuánto lo quisieras… esa historia no era la ganadora.
Pero ahí fuera hay millones de nuevas oportunidades esperando a que decidas "jugártela" otra vez.
Ejercicio práctico para que apliques ya
Si sientes que ver feliz a tu ex te está afectando, prueba este ejercicio:
Paso 1: Escribe todo lo que sientes cuando piensas en su felicidad
Ejemplo: Me da rabia porque parece que le va mejor que a mí.
No te cortes, nadie más lo va a leer.
Paso 2: Pregunta a esa emoción qué te está diciendo de ti
Ejemplo: Siento que me quedé atrás. Siento que aún no tengo lo que quiero.
Paso 3: Cambia el foco a ti
Piensa: ¿Qué puedo hacer HOY para acercarme más a mi propia felicidad, sin compararme con nadie?
👉 Cada vez que te sorprendas mirando su vida, usa ese impulso para hacer algo por la tuya.
Ejemplo:
Si tienes ganas de fisgonearle en redes → en vez de eso, haz algo que te haga sentir bien.
Si sientes envidia de su nueva relación → piensa en lo que realmente quieres para ti en el amor y empieza a trabajar en ello.
Porque tu felicidad no se trata de él. Se trata de ti.
Su felicidad no es tu problema. La tuya sí.
Deja de mirar su camino. Empieza a mirar el tuyo.
No importa cuánto parezca que le va bien. Lo importante es que tú empieces a enfocarte en tu propia vida.
No necesitas saber si realmente es feliz. Lo que necesitas es construir tu propia felicidad.
No estás en una competición. Estás en tu propio viaje.
Hoy su felicidad te duele. Pero dentro de un tiempo, cuando mires atrás, te darás cuenta de que lo que realmente importaba no era si él estaba bien… sino que tú aprendieras a estar bien sin él.
Y eso, amiga, está 100% en tus manos.